The Personal Language Learning System. #6. Habits and Routines
Hace tiempo que me pregunto, ¿Por qué logro unos objetivos y tengo resultados mediocres en algunos casos, y fracasos estrepitosos en otros? Cuando leí ATOMIC HABITS de James Clear y THE POWER OF HABIT de Charles Duhigg, por fin las piezas del puzle empezaron a encajar y por fin, y me di cuenta de una fórmula del éxito.
Detrás del éxito de muchas personas dirías que hay muchos factores ¿No? La pregunta del millón tiene varias respuestas que encontrarás en un millón de artículos y videos YouTube. Pero, en realidad, hay pocos factores y ningún secreto. ¿Cuáles son los principales?
En varios artículos he aludido a varios factores, y en mi última entrega del Personal Language Learning System #5 hablé de la motivación, la disciplina y el esfuerzo. Todos estos factores son importantes a la hora de aprender un idioma, pero hay uno que es imprescindible y sin ella el resto pierden su fuerza casi por completo.
Crear Rutinas.
Intenté escribir mi primer libro “Las 5 Estrategias Clave de Criar un niño Bilingüe” durante 5 años, pero nunca llegué a escribir más que 2 capítulos. Durante COVID me puse a escribirlo con un sistema y una rutina cada día a la misma hora. Y si no lo cumplía la ‘obligación’ o regla fue “tienes que sentarte y escribir durante una hora pase lo que pase a lo hora que fuera. No solo lo cumplí descubrí que anotar lo que había escrito todos los dos en un tipo de agenda me ayudaba a mantener el ritmo. Además, me puse el reto de tener un borrador escrito y encuadernado antes de mi cumpleaños pasara lo que pasara. Me funcionó. Y, el segundo libro CÓMO HACKEAR EL VOCABULARIO INGLÉS fue más ‘fácil’. A continuación te dejo la parte sobre cómo establecer hábitos y rutinas de este libro.
No infravalores esta estrategia; ¡cambiará tu vida!
6.2. CREAR HÁBITOS: la única forma de aprender un idioma
Motivation is what gets you started. Habits are what keeps you going.
La motivación es lo que te hace empezar. Los hábitos son lo que te hace seguir.
Jim Rohn
Las buenas intenciones no sirven de nada. ¿Quién dijo esto? Da igual, porque es una gran verdad. Para poner en marcha el aprendizaje de un idioma, necesitas crear unos hábitos que debes repetir todos los días sin falta. La regularidad es la clave.
De todos los libros disponibles sobre este tema recomiendo Atomic Habits de James Clear y, The Power of Habit de Charles Duhigg (disponibles en castellano, véase Referencias).
Según James Clear, un hábito, para que tenga éxito, tiene que ser obvio, atractivo, fácil y satisfactorio. Vamos a usar estos cuatro factores y aplicarlos al aprendizaje de un idioma.
1. Hazlo obvio y ponlo fácil: tiempo y lugar
Si quieres empezar un hábito nuevo, necesitas algo que te motive.
Las señales más comunes están relacionadas con el tiempo y el lugar.
a. Lugar: Para practicar con la guitarra, ponla en un sitio accesible. Para aprender un idioma, prepara lo que vas a aprender con antelación y deja el libro o el podcast listo en tu mesa para tu sesión planificada.
b. Tiempo: Tiene que ser una hora agendada que asignes a realizar la actividad (conducta) para que no te la saltes.
De aquí, surge el plan de implantación (Implementation Intention). Es decir, unas señales para activar una conducta relacionadas con el tiempo (planificación) y el lugar (hazlo visible).
La forma más fácil de aplicar esto a tus hábitos es expresarlo en una frase:
Yo haré (CONDUCTA) a (HORA) en (LUGAR).
Por ejemplo: «Yo escucharé el podcast en inglés durante 30 minutos de 7:00 a 7:30 en la mesa de mi comedor».
Si, además, apuntas la «cita» en tu agenda y es innegociable, hay muchísimas más probabilidades de que lo cumplas. Trátalo como si fuera una reunión de trabajo y elige una hora en que sea menos probable que te interrumpan. Si por cualquier razón te saltas la hora, toma tu agenda y busca otro hueco el mismo día.
El mejor día para empezar el nuevo hábito puede ser un lunes, el primer día del mes o ¡hoy mismo!
Asociación de hábitos (Habit Stacking)
Para un idioma, la forma más fácil de fomentar un hábito nuevo es asociarlo con un hábito que ya tienes, y este será el estímulo o activador.
a. Asociación simultanea
¿Te gusta correr, hacer footing o caminar y has podido crear uno de estos hábitos? Pues ya tienes una oportunidad perfecta para asociar el hábito antiguo con uno nuevo: escuchar algo en inglés. Pon tu música preferida en inglés en Spotify o un podcast antes de empezar.
Igualmente, mientras haces y tomas tu primer café del día (si no tienes un niño encima) podrías poner un podcast o un vídeo de YouTube, aunque sean cinco minutos. Lo importante es hacerlo.
Además, podrías asociar una actividad en inglés (como ver una serie) con un lugar (tu sofá como estímulo) y/o una actividad, cuando tomas un café o después de cenar.
b. Asociación secuencial
En este caso, puedes formar la siguiente frase:
Después de (HÁBITO ACTUAL), yo haré (MI NUEVO HÁBITO).
Por lo tanto, después de tomar tu café, escucharás un podcast de treinta minutos.
Nadie conoce tus hábitos y tu calendario tan bien como tú, y con muy poca organización puedes empezar a crear hábitos nuevos para estudiar. Usa la agenda para programar tu sesión de inglés y haz que sea inamovible. Tu cita será el activador para cumplir con tu cometido. Póntelo fácil.
Evita distracciones
Por último, para facilitar tu sesión de aprendizaje, elimina las distracciones de siempre. Es decir, todas las notificaciones del móvil, Facebook, noticias, Instagram, correos… Hazte un gran favor y ¡deja el móvil lejos de tus sentidos!
2. Hazlo atractivo y satisfactorio (recompensa)
Si quieres hacer algo, tiene que ser atractivo y dar gusto, además de resultar satisfactorio y reportar una recompensa. Hacer algo en un lugar atractivo o confortable ayuda mucho. Piensa cómo puedes mejorar tu entorno.
Estímulo y respuesta
Cuando tienes hambre tu cuerpo te lo dice. Es un estímulo o señal, como también lo es ver una tableta de chocolate. Comer es la respuesta. Con un poco de creatividad, podemos hacer lo mismo con los idiomas. ¡Creemos señales que estimulen nuestra «saliva lingüística»!
Recompensa (satisfacción)
Tenías hambre y, en lugar de comer un trozo de fruta, ¡comes un trozo de pastel! Si estás de dieta, ¡respuesta errónea! Tu recompensa es el dulce sabor y seguramente el efecto del azúcar en tu sangre. Si quitas (escondes) el estímulo (señal) y pones otra recompensa, será más fácil cambiar de hábito.
Después de hacer una actividad en inglés, para motivarte y garantizar la repetición, sería interesante darte una recompensa. Esta vez sí, un trozo de pastel para cuando acabes una hora de lectura o un podcast. Ya sabes lo que a ti te motiva, pero ¡que no empeore tu salud!
Visualiza tu objetivo
De la programación neurolingüística (PNL) tomo una idea que me ha ayudado mucho, que es visualizar cómo me sentiré después de la actividad, o cuando haya alcanzado una etapa u objetivo, no solamente mientras la llevo a cabo (lo que es útil para muchas actividades).
Por ejemplo, si tengo que nadar, visualizo la ducha caliente y la sauna cuando acabe. Si levanto pesas o hago fitness, visualizo mi cuerpo más sano y atlético. En cuanto a un idioma, podrías visualizarte hablando con soltura con gente del país.
Y, si conoces a alguien que también estudia lo mismo, tenéis la oportunidad de retaros y motivaros el uno al otro e incluso reñir al otro cuando no cumpla su el cometido. O, igualmente, informa a un amigo cada día de lo que haces y pedirle que actúe como una especie de profesor y que no te deje saltarte ninguna de tus «citas» para estudiar.
Seguimiento de hábitos (Habit Tracker)
Existe algo que James Clear llama un Habit Tracker, que es una especie de calendario con casillas que vas rellenando a medida que vayas cumpliendo cada sesión. En Referencias verás un enlace a su web para descargar un ejemplo.
Resulta útil porque es muy motivador ver como cumples tus progresos de forma gráfica y tangible. Y no solo eso, puedes ponerte objetivos más pequeños (hitos), que serán como pequeñas recompensas. Por ejemplo, si usas un libro, cada capítulo, o un cierto número de palabras o podcasts, pueden ser un objetivo.
Para añadir algo de variedad, prueba con retos como los de aprender quince palabras nuevas durante treinta días seguidos.
Prioriza el proceso no el objetivo
Aunque suene contradictorio, es más efectivo centrarse en el proceso que en el objetivo. Tomemos los ejemplos anteriores: si vas cumpliendo los pequeños objetivos al final llegarás al objetivo final sí o sí. Como dijo un amigo mío, si escribes un libro durante treinta minutos cada día, al final el libro se acabará escribiendo por sí mismo.
Resumen
La creación de hábitos es casi la única forma de completar cualquier asignatura. Y, si unes los hábitos a las técnicas para aprender vocabulario de esta sección, seguro que aumentarás tu nivel de inglés o cualquier idioma que te guste. Los secretos para aprender un idioma, o como mínimo aprender el vocabulario de un idioma (el tema de este libro), están aquí y a tu alcance.
Hoy es el primer día del resto de tu vida, y el mejor y único momento para empezar a despegar con tu inglés. Cierra el libro y abre un vídeo de YouTube o pon tu canción favorita en inglés ahora mismo. ¡Disfrútalo!
(c) todos los derechos reservados. Simon Brampton 2022
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